Al pasar los años vemos que las relaciones en el trabajo de cada uno de nosotros se van transformando de la mano de la comunicación digital. El conjunto de personas de una organización se desarrolla de forma online y muchas veces contactándonos no solo con profesionales que laboran con nosotros, sino también personas que nunca hemos visto, hablado por teléfono o escuchado de ellas.
El mundo virtual está cambiando todo, hasta la manera en cómo nos relacionamos, vendemos, conversamos, trabajamos, etc; esto hace que ingresemos a una verdadera transformación digital al interior de las organizaciones. Sin embargo, una de las redes sociales que se da a conocer y contribuye con esta idea es Linkedin.
Linkedin, no es solo una red social, es una herramienta que permite a los profesionales conectarse rápidamente, conocer la experiencia de colaboradores que nos interesan, volver a contactare con nuestros conocidos, investigar sobre posibles proveedores y hasta muchas veces seguir a personas o marcas por lo que transmiten.
Por otro lado, diversos navegadores que usan esta plataforma digital profesional, manifiestan que Linkedin es nuestro curriculum en internet; punto que no es falso, si no que es más que ese término. Es una plataforma y herramienta para trabajar nuestra reputación y que nuestra marca personal pueda alcanzar la mayor visibilidad, donde existen millones de profesionales.
En síntesis, queremos diferenciar con este artículo, el gran valor que podemos darle a la red social Linkedin como tal; siendo esta una plataforma para compartir contenidos de valor, crear nuestros propios contenidos, armar nuestro escenario profesional como queramos que nuestros contactos nos vean, comunicar en función a lo que nos dedicamos y encontrar los objetivos como profesionales que nos planteemos.